He estado trabajando fotografía arquitectónica por unos cuatro años con mi gran amigo, el arquitecto Edgar Albanez – mejor conocido como Tito-, quién concibe espacios para la vida cotidiana, de una forma práctica, adaptandose a los ideales de cada cliente.
Es un rollo para mi, pues mi carrera conllevaba tres años de materias comunes con arquitectura, y también trabajé un tiempo como diseñadora.
Lo que me gusta de esto es que puedo percibir el estilo de cada obra como algo propio de quién lo disfruta, y de quién ama su trabajo.
Es realmente una pasada.